Bueno, pues como todos sabemos, este confinamiento nos trae un desafío más en la maternidad y es la Educación en Casa.
Es claro que el Sistema Educativo Nacional no tenía prevista una situación como la que estamos viviendo, en la que los centros de estudio estén cerrados y la batuta de la educación la lleven principalmente los padres de familia. Obviamente, los padres de familia tampoco lo hubiéramos imaginado nunca.
En los grupos de Whatsapp (los infames grupos de Whatsapp de la escuela!) se nos proporciona el material didáctico que los maestros siguen elaborando para sus alumnos, bajo el cual deberemos guiarnos para lograr los aprendizajes esperados para nuestros pequeños.
Y pues, en esta casa, me encuentro en la situación de tener a un niño de 6 años que cursa el 1er año de primaria y un adolescente de 12 que va en 6to. año. Como se darán cuenta, son dos extremos opuestos, dos necesidades de atención totalmente diferentes y dos programas que me exigen cosas diferentes.
Empezamos con el pequeño, que ya sabe leer y escribir, sumar y restar; pero nos encontramos con el primer obstáculo, que es tener a un niño hiperactivo, que se la pasa brincando, gritando, hablando, corriendo que lleva mes y medio sin poder salir a la calle ni jugar con otros niños además de su hermano y tener que pedirle que se siente y ponga atención.
Con el mayor, la situación es por un lado más fácil porque ya no requiere apoyo casi para hacer su tarea, pro a la vez es más estresante porque este año tiene su examen de entrada a la secundaria y tengo que asegurarme de que sepa todo lo necesario para que se quede en la escuela de su primer opción.
Y pues así voy, sacando la poca paciencia que tengo, buscando formas de enseñarles las cosas y que las entiendan y quedando rendida todos los días porque tengo más actividades que horas en el día.
Para cerrar, les dejo una frase que circula por facebook:
No hay comentarios:
Publicar un comentario